
Entre la cosecha y la caída de las hojas en el almendro, se producen dos
actividades muy importantes para el cultivo, que son por una parte la
acumulación de reservas (importantísimas para la brotación del año siguiente) y
por otra el crecimiento radicular.
PORQUE ABONAR EN POSTCOSECHA
El abonado del almendro en post-cosecha es uno de los más importantes del ciclo, estimando que aproximadamente un 20 % de las necesidades del almendro deben aportarse en este momento. Debemos tener en cuenta que los árboles de hoja caduca, durante el invierno entran en una especie de letargo, en el que no se producen acumulaciones de reservas, haciendo que la brotación se produzca con las reservas acumuladas durante el otoño anterior, en el caso del almendro, además hay que tener en cuenta que la floración se produce antes que la emisión de hojas, por lo que debemos proveer a la planta de los elementos necesarios para que esta etapa crucial para obtener un buen rendimiento, se produzca en las mejores condiciones.
CUALES SON LOS ELEMENTOS QUE DEBEMOS INCORPORAR POSTCOSECHA
Elementos como el boro, zinc y fósforo tienen un papel específico en la floración. El fósforo afecta a la maduración de las flores y los frutos, cuándo este elemento no se encuentra en las cantidades suficientes provoca una disminución de la floración.

El zinc favorece la viabilidad del polen, mejorando el porcentaje de cuajado, además influye en la elaboración de sustancias de reserva en la planta. La carencia de boro, es más habitual en suelos calizos con pH altos y con poca materia orgánica, (características típicas de los suelos manchegos) este elemento al igual que el zinc favorece la viabilidad del polen de la planta, en situaciones con carencia de este elemento, se produce una caída de frutos al comienzo del verano.
Además hay que tener en cuenta el papel tan decisivo que tiene el fósforo sobre el crecimiento radicular. Las raíces tienen dos momentos de máxima actividad, el primero coincide con la floración del árbol y el segundo tiene lugar después del verano, cuando las temperaturas son más suaves, por lo que son estos los momentos en los que debemos procurar el fósforo suficiente para el correcto desarrollo de la planta.
Además de estos nutrientes se debe tener en cuenta, que el nitrógeno es el que se necesita en mayor cantidad y que tiene una relación directa con el vigor de la planta y la producción de esta.
Además de ver que elementos nutricionales cobran importancia en el momento de postcosecha, también es importante saber qué métodos de fertilización es más eficaz. Teniendo en cuenta que de manera general los abonados foliares se deben realizar en el momento de máxima actividad de la vegetación, (es decir durante la primavera) ahora cuándo la planta se encuentra más agostada y preparándose para el reposo invernal, las recomendaciones irán encaminadas a la fertirrigación, así mismo debemos tener en cuenta que las temperaturas esperadas en post-cosecha son suaves, lo que favorece que aumente la actividad radicular y por tanto la fertirrigación sea el más adecuado para el momento en el que nos encontramos.
ABONOS Y CANTIDADES A APLICAR
La cantidad a aplicar va a depender de factores como: la producción obtenida, el sistema de
cultivo, el estado vegetativo de la planta y el tipo de suelo. Además de guiarnos según los
análisis del suelo, agua y foliar.

Como dosis orientativas se buscarán abonados que consigan aplicar cinco unidades nitrógeno,
cinco de fósforo y dos de potasio (equilibrio 2,5-2,5-1) por hectárea. Debemos aprovechar
además para corregir las carencias de micro-elementos, muy especialmente los que juegan un
papel relevante en la floración del almendro (como son el boro y zinc) Debemos recordar que
el boro puede resultar fitotóxico, por lo que en este caso es especialmente importante que su
aplicación venga respaldada por un análisis, en este caso se analizara el pellejo de la almendra
(que es la parte del almendro que mejor determina la necesidad de este elemento)
Como ejemplo se podría realizar un abonado con:
- Cinco kilos de sulfato de potasa
- Ocho kilos de fosfato mono amónico
- Doce kilos de nitrato amónico
En la siguiente tabla se desglosa las unidades fertilizantes que aporta cada abono
según el abonado propuesto.

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