Numerosas consultas recibidas cada campaña en el departamento técnico de Sertyman SCL se deben a la clorosis férrica del viñedo, uno de los principales problemas de carencias nutricionales.

El hierro es un elemento esencial en el metabolismo de las plantas ya que interviene en la síntesis de clorofila y su carencia modifica la estructura y la funcionalidad del aparato fotosintético. El principal síntoma que se manifiesta es el amarilleamiento internerval de las hojas más jóvenes. Cuando la situación se agrava se producen necrosis marginales e internerviales, desecamiento, corrimiento del racimo, marchitez, plantas de menor vigor y en los casos más graves muerte de la planta, afectando negativamente a la calidad y cantidad de la producción.

En muchos casos la deficiencia de este elemento nutricional en las plantas no se debe a un problema de falta de hierro en el suelo, sino a una mala asimilación del hierro por parte de la planta, debido a su baja movilidad en el suelo, causada por elevados pH y la presencia de bicarbonatos.

La clorosis férrica es uno de los problemas más comunes de nuestros viñedos. Las causas principales son:

  • Una elección del portainjerto inadecuado
  • Abonados minerales desequilibrados.
  • Compactación del terreno (impide que el sistema radicular se desarrolle adecuadamente dificultando la absorción de nutrientes)
  • Bajo contenido en materia orgánica.
  • Suelos con contenidos altos en caliza activa que inhiben la absorción del hierro.
  • Altas producciones

Por su especial forma de acción, el uso de quelatos es la forma más eficaz de corregir la clorosis, ya que el quelato no sólo aplicará hierro al cultivo sino que además su parte orgánica aumentará la solubilidad y el aprovechamiento del hierro presente en el suelo.

Dentro de las diferentes formas en las que el hierro se encuentra unido a una molécula orgánica, la de mayor rendimiento agronómico es la que forma con la molécula EDDHA con enlace orto-orto. Cuanto mayor sea el porcentaje de hierro unido a esta molécula con este tipo de enlace mayor será su disponibilidad para la planta. Lo importante es tener en cuenta la riqueza en los isómeros y no en Fe soluble, ya que si el hierro no está quelado precipitará y no será usado por las plantas.

Una deficiente estructura del suelo que genera una pobre aireación y excesos de humedad, favorece la acumulación de bicarbonatos e incrementa el riesgo de clorosis. Los suelos de viñedo son por lo general muy pobres en materia orgánica y acusan con frecuencia riesgos de erosión. Por lo tanto, utilizar sistemas de manejo alternativos al laboreo tradicional (como pueden ser las cubiertas vegetales que ayudan a reducir la compactación del suelo, aumentar la porosidad del suelo y la capacidad de retención de agua) junto con las aportaciones de materia orgánica pueden mejorar mucho la estructura del suelo y controlar en gran medida la clorosis férrica.

En conclusión y para finalizar este artículo, se recomienda empezar las aplicaciones de quelatos en los estados más tempranos de desarrollo de la planta si se acompaña de aplicaciones de materia orgánica, a la vez que se mejora la estructura del suelo, ayuda a complejar el hierro presente en el suelo.

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